En los últimos tiempos, la televisión mundial se caracterizó por mostrar el dolor y el sufrimiento humano a extremos insospechados.
Desde que se transmitió por primera vez en vivo el conflicto bélico (la Guerra del Golfo, televisada por la cadena CNN), las cámaras han reflejado la muerte con crudeza, llevando sangre y morbo.
No es nuestra intención criticar o menospreciar ciertas formas de hacer periodismo, sino provocar una reacción en las mentes de la gente que consume este tipo de contenidos. Ver en vivo y en directo a una persona ya muerta, con su cuerpo destrozado, o alguien que por un motivo determinado decide suicidarse, no es grato para nadie, y mucho menos para los familiares de la víctima.
¿Cúanto vale un punto de rating?
¿Hasta qué punto piensa llegar la televisión, antes portadora de cultura e información?
Cada vez se hace más difícil encontrar un programa que presente contenidos enriquecedores para toda la familia. Si no es pseudopornografía, es escándalo o muerte, o peleas, las miserias humanas en su máxima expresión inundan la pantalla.
Si cada uno de los que se escandalizan por las imágenes que se ven por televisión hiciera algo más que reclamar y cambiar de canal, la realidad de la televisión argentina sería muy diferente de la actual.
Estimados lectores, que tengamos una televisión de calidad, con programas que nos hagan pensar, enriquezcan y eduquen depende pura y exclusivamen te de nosotros.
El poder de cambiar las cosas está en nuestras manos, al igual que el control remoto...
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Este texto fue extraído del diario universal el cual fue publicado el domingo 8 de marzo del 2009. Me pareció interesante lo que se expresa en el mismo y es por ello que decidí subirlo y compartirlo con ustedes..
Salud !!
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